miércoles, 15 de agosto de 2012

El viaje íntimo de la locura.

Hace unos días terminé de leer “El viaje íntimo de la locura”, la novela con la que tras un periodo de silencio, Roberto Iniesta (quien creo que a estas alturas no necesita presentación) nos sorprendió hace un par de años.
Como la mayoría de la gente, tengo que reconocer que me molesté en buscarlo porque el autor es quien es, y eso es algo de la que la propia editorial es consciente, ya que se ha ocupado de poner el nombre del autor en una letra mucho más destacada que la del título de la obra (esto lo digo a cuento de las bravuconadas de… “ojalá no guste, así no me fríen a entrevistas”).
También reconozco que lo empecé  sin  confianza en que esta obra me gustara ni me sorprendiera,  y la verdad que por un momento, hasta consiguió convencerme de que sería una novela bastante buena. Durante la primera mitad del libro,  la historia  te embriaga y te absorbe.  Es la transformación de la  vida monótona y gris de  don Severino hacia lo nuevo. Un giro inesperado e inexplicable que engancha, engancha muchísimo. No puedes parar de leer para intentar comprender que está pasando, sintiendo la propia antigüita y la desesperación del personaje. Pero llega un punto, que el libro deja de sorprender como lo hacía al principio. Como si perdiera la frescura del comienzo, bajando gradualmente y a ralentizándose, dando lugar, para mi gusto a un final que se intuye cincuenta páginas antes de acabar, y que me ha dejado un mensaje ambiguo y que no termino de entender (o de compartir).
En cuanto a la forma, en la segunda página olvidas quien es el autor, aunque se encarga de recordártelo con toques puntuales de lenguaje,  que si has seguido un poco su discografía se  identifican rápidamente (pongo  como ejemplo las constantes alusiones a la Luna y al Sol, como agentes trascendentales de la historia, y algunos otros detalles como el de las ballenas que vuelan, visibles para los muy seguidores). En definitiva, es un libro que en principio me ha gustado, me ha parecido ameno y entretenido. Pero también tengo que decir que ha sido lo más parecido a un “coitus interruptus” que he tenido en los que llevamos de verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario